sábado, 25 de diciembre de 2010

Heath Ledger, el Doctor Parnassus y Don Quijote, heroes de una ilusion...

Quedamos todavía personas que nos deleitamos con las historias fantásticas, en un mundo que mientras se destruye en pedazos a nuestro alrededor, decidimos soñar con un fin ulterior mucho más sublime, encantador, de galantería, caballería en donde es reconocida la honradez como un triunfo más exquisito que el oro. Así es el director de películas Terry Gilliam, quien logró llenar mi niñez de sueños y le dio alas a mi imaginación con “The Adventures of Baron Munchausen”; un filme de 1988. A su vez, Gilliam es un eterno enamorado de la historia de Don Quijote; cuya película no pudo terminar y cuya frustración lo llevó a autobiografiarse en el personaje del Doctor Parnassus en el filme: “The Imaginarium of Doctor Parnassus “que se estrenó el día de navidad del pasado año 2009 con múltiples dificultades.

La dificultad todos la conocemos: La trágica muerte del actor Heath Ledger el 22 de enero de 2008. Heath será eternamente conocido por su personaje de “El Guasón” en su penúltima película. Su última película se logró completar gracias a sus suplentes Johnny Depp, Jude Law y Collin Farrell quienes entraron en la segunda mitad de la misma y cuyos fondos fueron donados para la hija de Ledger.

Lo que nadie correlaciona es que en este mundo NO existen las casualidades. Ledger; un muchacho saludable, de 28 de edad, brillante, un genio en su clase, tenía problemas de insomnio. Le decía constantemente a sus allegados cómo no lograba conciliar el sueño porque “ mi mente sigue corriendo; mi cuerpo está exhausto y aún así mi mente no para de pensar”. Los filmes en los que participó lo llevaron al punto de dormir sólo 2 horas cada día entre día y día de filmación. Quienes hayan visto la película de “The Imaginarium of Doctor Parnassus sabrán que dicha película se sitúa en los sueños y revela la entrada de Heath Ledger desde principio a fin en un personaje que incurre en intentos fallidos de colgarse de una soga para suicidarse. Heath sólo pudo filmar 1/3 parte de dicha película. Mucho más que una mera coincidencia...

Y así fue como el joven Ledger entró al mundo de los sueños del director Gilliam y de muchos otros escritores que se seducen por la historia de Fausto, quien hizo un pacto con el Diablo a cambio de tener conocimiento total y acceso a todos placeres terrenales. Este personaje de Fausto representa al hombre que entrega su moral e integridad a cambio de poder y riquezas y el Diablo a cambio de ello, se queda con su alma. En el caso de Ledger; quien estaba al tope de su carrera, sucumbió ante los sueños y puso en juego su salud, su descanso físico y mental a cambio de la fama; la cual sí alcanzó… póstumamente.

El director Gilliam también aprendió su lección; Don Quijote quería ser el héroe pero para ello debía mantener limpio su afán de conquista ante la adversidad de la incredulidad de la gente sobre si hacer el bien en estos tiempos es lo correcto vestido de armadura y coraza de honradez. Debemos reconocer que aún cuando creamos filmes, estamos creando realidades alternas con efectos muy misteriosos y líneas finas entre lo que es sueño, realidad y la realidad-animada en computadora. Todas culminan en un mismo sitio…pertenecen al mundo de nuestra mente. Gilliam tratando de triunfar, perdió su héroe en batalla; perdió a Ledger; todos perdimos a Ledger.

Para quienes no han visto la película, se las recomiendo. El asombro de los colores, la fantasía y la magia que logró Gilliam con el barón Munchausen en mí cuando niña lo ha logrado en mí en una segunda ocasión, pero ahora de adulta, con el Doctor Parnassus, así que podría decir que tuvo éxito en darle alas a mi imaginación, pero esta vez, a una imaginación consternada con la salvación de mi mente y su liberación de las peripecias de sobrevivir en un mundo donde constantemente nos seducen con la idea del dinero, la fama, la belleza eterna, el sexo y placer sin límites. Todo ello bañado en brillantes y coloridos letreros de publicidad e ideas de inimaginable felicidad.

No importa la época o el tiempo en que vivimos, el cuento que nos quieren vender es el mismo. Aquellos que conocen la verdad y tienen la capacidad de redirigir los sueños del colectivo, quieren que abandonemos nuestros propios sueños; puros, genuinos, sueños e ideales de bien, compasión humana, devoción por los demás, amor incondicional, sacrificio, caridad, honradez, sabiduría y honor a cambio de pequeños placeres momentáneos que confunden nuestra mente, alcohol, estupefacientes, alucinógenos, drogas recetadas; todo para que olvides tu verdadero propósito, tu fin último en la sociedad y aquello que verdaderamente nos llena el alma de regocijo y felicidad.

Los seres humanos al ver el camino largo y pedregado que nos lleva a la felicidad que no se divisa en la lejanía con facilidad, al ver el camino conjunto, mucho más corto y pavimentado, muchas veces optamos por el segundo. No olvidemos que el largo del camino es ilusorio y el tiempo que tardamos es relativo al entusiasmo que empeñamos en alcanzar la meta. Lo importante es que no sucumbas ante los engaños, En última instancia, tú sabes lo que quieren: que olvides y mates al Don Quijote que vive en ti.